Después de un autobús nocturno de unas 6 horas desde Kaoh San Road en Bangkok a Chumpon, dormir en la terminal de ferrys en Chumpon durante 4 horas y tomar un ferry de 2 horas, llegamos a Koh Tao. Es impresionante lo aburrido que se hace este viaje, no tanto por las horas, sino por el hecho de que te dejan tirado literalmente en una terminal de ferrys cerrada al público durante la noche y tienes que dormir o descansar lo que puedas en bancos de madera hasta que sale el ferry hacia la isla… eterno!!
Una vez completamos nuestra odisea, desembarcamos y ya nos estaba esperando el chofer de Ihasia Diving Koh Tao. En menos de 10 minutos en la parte trasera de una pickup llegamos y nos ubicamos en una pequeña habitación con baño en la parte superior de la montaña que esta detrás del edificio central, naturaleza en estado puro! Este negocio de buceo pertenece a Brujo, un simpático madrileño que domina esta actividad casi a la perfección. Está rodeado de un gran equipo de instructores españoles y sudamericanos que hicieron que nuestras clases y estancia fuera muy agradable.
Vinimos a Ihasia por recomendaciones de otros blogueros en cuanto a la calidad del servicio que ofrece Brujo y su equipo. No pudimos elegir mejor, nos trataron de 10 y la experiencia fue inolvidable.
Ambos comenzamos el curso de Open Water. La teoría la hicimos muy bien y a la primera, pero la práctica nos costó algo más… Empezo truncado todo desde el momento cero, ya que tuvimos que alargar la estancia debido a que la doctora no me aconsejaba (Jorge) meterme en el agua por un dolor en el oído. Tras unos días de reposo y medicación, nos lanzamos al agua incluso sin la aprobación de la doctora y la persistencia del dolor. Solo pensábamos en que no podíamos perder esta gran oportunidad!
¡Que nervios!, recogimos el equipo, nos montamos en un bote que nos llevó hasta el barco desde el cual haríamos las inmersiones, conocimos a Isa, Fer, Marta y varios más. Nos vestimos, montamos reguladores, bombonas, aletas y cuando estábamos listos… al agua y a inflar corriendo el jacket para no hundirse con tanto peso encima. De manera tranquila y nadando de espaldas, nos fuimos hacia la orilla y comenzamos a hacer los ejercicios. Intercambio de reguladores, ahora me quito las gafas y me las pongo, ¿donde esta mi cinturon de plomos?, le doy aire a un compañero… ¿y Estefania?… Estefi, baja que te tengo que dar aire… Estefania no bajaba, estaba en la superficie porque no podía respirar. Tenía muchísimas ganas de hacer buceo, de hecho era ella quién quiso hacer buceo de los dos, pero su asma crónico no le permitió acabar ni con la parte de los ejercicios. Contra esto poco mas podía hacer.
Como yo seguia en el agua y parecía que poco a poco le iba cogiendo el gustillo, decidí seguir y el primer día ya buceamos hasta los 12 metros. Fue una experiencia muy agradable aunque intimida mucho por todo lo que rodea. Metros de agua por encima, nervios, no poder controlar tus movimientos 100%, fue todo un reto muy satisfactorio cuando te ves rodeado por bancos de peces. Salí del agua y emocionado le conté a Estefania todo lo que habíamos visto, ella tampoco estaba mal leyendo un libro en una hamaca en la azotea del barco.
El segundo día de instrucción no fue tan bien como esperaba, al poco tiempo de meterme en el agua la presión comenzó a pasarme factura y a los pocos metros de bajar sentía una fuerte presión en la cabeza. Tras muchos intentos, decidí retirarme para que mi compañero pudiese seguir con el instructor y por salud propia. Al final no pudo ser Open Water, pero si Scuba Diver que tampoco esta mal. Esta claro que nosotros somos mas tener los pies en el suelo!!
Durante los días que estuvimos en la isla, visitamos diferentes partes pero todas a pie. Habíamos escuchado muchas historias sobre el alquiler de motos y no nos apetecía jugárnosla. Preferimos visitar lugares que estuvieran a nuestro alcance a pie, y la verdad que no fueron pocos.
Estuvimos en Shark Bay, su nombre lo indica… la bahía de los tiburones. Es una pequeña bahía con forma de luna presidida por una playa de arena blanca y dos hoteles super caros. Esta bahía es famosa porque se pueden ver tiburones de arrecife de punta negra aunque no son fáciles de ver. Nosotros no pudimos llegar a verlos, pero si que nos echamos unos chapuzones en el arrecife con el resto de los pececillos. Una pasada la experiencia!
Sin duda alguna volveremos a esta hermosa isla. Tenemos que volver a por el Open Water y a seguir conociendo esos rincones únicos que este lugar regala. Pasamos unos días inolvidables y tuvimos la gran suerte de compartirlos con gente encantadora. Hasta pronto chicos! Hasta pronto Kho Tao!