Para llegar a Jericoacoara desde Fortaleza hemos tenido que tomar un autobús con la compañía Fretcar que nos ha costado 78,06 R$ a cada uno. El tramo en autobús hasta Jijoca son unas 6 horas mas otra hora adicional en una chiva (tipo de autobus 4×4) ya que parte del camino es sin asfaltar sobre arena de playa.
En este paraíso nos hemos hospedado en el Villa Chic Hostel/Pousada por 55 R$ cada uno por noche con desayuno incluido. El precio es bastante mas caro, aunque es el mas barato que encontramos, de lo que veníamos pagando en países anteriores, pero ya sabíamos que Brasil sería así. A más, estamos en un lugar super especial el cual la gente viene exclusivamente a conocer porque no hay nada mas alrededor. Esto lo convierte en una ventaja clara por parte de los negocios frente al viajero.
Jeri, como lo llaman los brasileños, es un pequeño pueblo en el norte de Brasil. Cuando bajamos de la chiva y posamos nuestros pies sobre calles de arena de playa, miramos alrededor y dimos por sentado que es un lugar, de esos que se dice, único en el mundo y por suerte estábamos aquí, era cierto. Es un lugar bellísimo.
En el pueblo realmente no hay nada para hacer mas que pasear por las kilométricas playas, las dunas y básicamente disfrutar de la oferta hostelera que existe. Es un lugar muy buscado por los amantes de deportes acuáticos como surf, kite-surf o windsurf ya que las condiciones de sus playas y el viento hacen que sea ideal.
A apenas unos 3 km del pueblo se encuentra “la pedra forada”. Es una formación rocosa dentro del mar que el agua ha ido erosionando en su parte media dando lugar a una especie de puente. Es un lindo paseo, aunque hay que llevar agua, algo para taparse la cabeza y protector solar, ya que el sol es traicionero. Existen dos formas de llegar, una es por un cerro y la otra es siguiendo la orilla del mar, ésta última es muchas veces impracticable si la marea esta alta.
Otra de las opciones es ir a visitar algunas de las lagunas que hay cerca del pueblo. Para llegar a las mismas se debe ir en buggy, ya sea alquilando por tu cuenta o contratando los servicios, lamentablemente ambas opciones son caras. Un día para visitar las lagunas, a tiempo que escribimos estas lineas, esta a unos 60/70 R$ por persona en tour.
Algo que se debe hacer en Jeri es ver la puesta de sol desde la playa. Ver como esa enorme estrella de luz se esconde dando las buenas noches mientras estamos sentados en la Duna Do Sol es algo que hace que olvidemos lo tedioso que puede ser llegar hasta aqui. Tras ver este espectáculo literalmente hablando, porque la gente aplaude una vez el sol se esconde, comienzan las escuelas de Capoeira a hacer sus bailes en la playa. Un espectáculo digno de ver! A día de hoy seguimos tarareando las canciones que todos cantan en el corro: Paranagüe… Paraná… o algo así
Durante las noches, muchos de los restaurantes y bares que hay en el pueblo ofrecen música en directo. Casi todos los que hemos visto son muy buenos y aunque no te puedas permitir entrar en estos caros lugares, una opción es sentarte en la plaza a escuchar la melódica música brasileña tomando una fresquita birra del supermercado de al lado, jejeje.
Nosotros recomendamos mucho este lugar, es de esos lugares que dices… ¡algun día volveremos!