Tras vivir una experiencia única en el Carnaval de Rio de Janeiro, nos dirigimos hacia el sur junto con nuestra nueva incorporación, Eva!!!

Tomamos un bus y al cabo de las 6 horas ya estábamos en Paraty. Un pequeño pueblo colonial situado a medio camino entre Rio de Janeiro y Sao Paulo.  Recomendamos no dormirse en el trayecto, ya que las vistas son espectaculares.

Nos alojamos en el hostal Chill In Ecosuites. Tiene dos hostales, uno justo en frente de la playa del pueblo y otro en medio del bosque que rodea el pueblo. Nosotros optamos por irnos al del bosque….¡Bueno!, Estefania y Eva decidieron que nos íbamos al del bosque.. jajaja. Resultó siendo una muy buena elección.

El lugar es hermoso, esta en medio del bosque camino a la ruta de las cascadas. Es un lugar súper tranquilo y muy acogedor y lo mejor la gente que trabaja allí, que es encantadora. El único problema es su ubicación, pero para llegar ellos mismos te pagan el taxi desde la terminal terrestre y luego tienen una furgoneta que da tres viajes de ida y otros tres de venida desde el pueblo. El coste por noche fue de 24,50 reales con desayuno incluido. También tiene piscina natural pero… esta fria, pero fría!!!

En Paraty y sus alrededores hay mucho por ver y por visitar, nosotros dedicamos un día a recorrer las bellísimas calles de la ciudad, ¡como nos gustó! Eso si, el calor que hacía era aterrador, así que tuvimos que optar por irnos a tomar refrigerios a la playa.

La playa del pueblo no es muy grande pero esta bien para darse un  chapuzón. Hay montones de bares-restaurantes que sirven diferentes tipos de comida a un precio que nos pareció bastante caro… De camino a la playa se atraviesan unos puentes desde los que se tiene una vista hermosa de algunas partes de la ciudad.

Otro dia decidimos hacer una excursión en bote por las islas que están en frente de Paraty. El coste del tour fue de 50 reales y el barco para en 4 playas paradisiacas!! Durante el trayecto se van viendo muchos rincones remotos, acompañado por música MPB en directo (música popular brasileña).

En este tipo de excursiones no sirven comida en el precio, sino que se debe pagar a parte, por ello recomendamos llegar algo para matar el gusanillo durante el trayecto. Las compañías solo ofrecen de manera gratuita algo de fruta y café al final de día. Al final del trayecto te pasan una nota con lo que has consumido, más la propina, más pagar al músico… como era normal, Jorge bajó al lugar donde se pagaba y sólo pago lo que nos tomamos. La propina es un timo cuando encima tienes que ir tu a por las bebidas y en cuanto al músico… está más que incluido en el precio del tour, pero tratan de aprovechar al máximo por si alguien pica… Creednos que hay mucha gente que paga y hablamos que son unos 7 reales por cabeza.

Como ya sabéis, nos acompañaba Eva en nuestra travesía y venia deseosa de sol… de verdad que con muchas ganas de sol… y como no nos hizo caso de que en Brasil el sol pega de otra manera, al cabo de unas horas ya parecía un cangrejo y lo mas gracioso… una de sus piernas se puso colorada solamente la mitad ¡ains Eva, mira que te advertimos!… jajaja.

Esa misma noche en el hostal, decidimos experimentar y cocinar Tapiocas rellenas, deliciosas!!!.  La tapioca es una harina de yuca que se tira directamente sobre una sartén dandole forma redonda tipo crepe y que se puede rellenar de cualquier cosa. El tacto es algo especial al principio ya que asimila a chicle pero esta muy rica.

Nuestro tercer y ultimo día en Paraty, decidimos no hacer nada. El plan era ir hacia la playa de Trinidade, pero por calurosos problemas en el grupo no pudimos ir… jeje. Eva no te lo tendremos en cuenta. Dicen que esta playa es hermosa y hay que ir si o si… ¡Ya tenemos excusa para volver! Al final de la tarde decidímos ir caminando a buscar lagos naturales y cascadas que hay cerca del hostal. En resumen, disfrutamos mucho de la estancia en este precioso lugar.