Nuestra segunda parada en Tailandia es Chiang Mai. Para llegar tomamos un autobús en la estación central de Chiang Rai y por solo 140 Bahts por persona y unas 4 horas de trayecto nos plantamos en nuestro nuevo destino.
Nada más llegar a la estación central de la ciudad, nos acosaron los taxistas y conductores de tuktuk para llevarnos a la ciudad antigua. ¡Ojo!, no piquéis… saliendo de la estación y andando un poco se pueden encontrar tuktuks compartidos por la mitad de dinero.
Como íbamos diciendo, nos fuimos hacia la ciudad antigua porque nuestro hospedaje estaba en una de sus alucinantes calles. El Amy’s House Hostel es una muy buena opción si no se es muy escrupuloso. Las habitaciones compartidas son amplias, colchones cómodos y taquillas de seguridad. Pagamos por noche 100 Bahts (2,5 Euros), ¿que más se puede pedir?, jejeje.
Chiang Mai es la joya del norte de este pais. La concentración de restaurantes callejeros, puestos de masajes, cursos de cocina, mercados, templos y estupas o gente intentando vender algún tour, hace que no malgastes ni un segundo de tu estancia aquí.
La ciudad antigua de Chiang Mai se encuentra rodeada por un foso cuadrado y restos de una muralla que se levanto para defenderse de los ataques birmanos. Lo más interesante para ver y/o hacer en la cuidad discurre entre estos cuatro muros, con una excepción. El mercado nocturno se encuentra a unos 25 minutos paseando con dirección al Rio Mae Nam Ping.
Durante el recorrido por el casco antiguo, nos topamos con muchos, pero que muchos templos. Entre ellos visitamos el majestuoso Wat Chedi Luang. Las ruinas de una chedi de más de 500 años se asientan aquí.
El Wat Phan Tao no es tan reclamado por los turistas y viajeros pero, bien merece pasar a visitarlo. Un Buda dorado preside la sala central.
El Wat más antiguo de la ciudad es el Wat Chiang Man que data del 1296.
A parte de cualquiera de los templos que visitamos en el centro histórico de la ciudad, nos quedamos con ganas de ir hasta el Parque Nacional de Doi Inthanon y subir a las montañas sagradas de Doi Suthep y Doi Pui. Aunque la lluvia nos respetó durante estos días, la niebla se planto a una cota muy baja haciendo imposible la visita a estos lugares pero, no nos pondremos tristes porque… es otro motivo más para volver.
Justamente en el Wat Chedi Luang se puede atender a uno de los rezos budistas más multitudinarios de la ciudad.
Ambos somos muy poco religiosos, hasta el punto que nos definiríamos como agnósticos y siempre habíamos tomado la religión budista como la menos dañina a nuestro modo de ver la vida. Fue aquí donde nos decepcionó bastante. ¿que nos pasó?…
Existe un programa en este templo en el que varios monjes durante el día se sientan para mantener conversaciones con turistas y de esta manera mejorar su inglés. Esto es lo que creíamos y de echo lo habíamos practicado en otros templos, así que nos apuntamos. Al terminar la charla con estos monjes… ¡Nos pidieron limosna! El enfado no es por la limosna en sí, sino porque en varias ocasiones nos habían echo hincapié en que ellos no pedían nunca nada, solo vivían de la caridad… No hubiésemos tenido ningún problema en ofrecerles algo, pero para nuestro parecer fueron bastante descarados, lo que nos confirma que no hay mucha diferencia con el resto en cuanto al tema monetario se refiere.
No por esta experiencia distinta con monjes budistas vamos a dejar de hablar con ellos. Durante el viaje hemos tenido la oportunidad de pasar tiempo con muchos y la verdad que las conversaciones toman un sentido muy interesante.
Alargamos nuestra estancia en Chiang Mai hasta el lunes, ya que nos hablaron maravillas del Sunday Market. Un mercado multitudinario que se monta en el casco antiguo durante el domingo. ¡No nos podíamos ir de aquí sin verlo!
Debe haber miles de puestos, ropa, comida, artículos de regalo, decoración o recuerdos, obras de arte, cualquier cosa que nos pudiéramos imaginar estaba ahí. El único pequeño inconveniente es que hay que armarse de paciencia porque sus calles están abarrotadas a cualquier hora, pero es un gran lugar para pasar el día.
En el Sunday Market, por coincidencias de la vida, nos encontramos con otro calamonteño… jajaja. Dos calamonteños juntos a mas de 8000 km sin saber que coincidiríamos, ¡el mundo es un pañuelo!
¿Qué te ha parecido nuestro paso por esta ciudad? Anímate a dejarnos tu comentario!!