KOH RONG
Tras nuestro primer contacto con el país, decidimos irnos a Koh Rong. Situada a apenas una hora en ferry desde Sihanoukville, esta pequeña isla es el nuevo paraíso mochilero en Camboya.
La primera noche la pasamos en el Hostel Dreamcatcher por 7 Usd la habitación doble. Es un hostal del montón, como muchos de los que hay en la isla y el resto de nuestros días los pasamos en el Hostal Ashia Tapas, por 10 Usd la noche con desayuno incluido. ¡Ojo!, son precios orientativos y marcados para baja temporada.
Ibamos caminando por la playa y escuchamos a Joaquin Sabina. Agudizando nuestros oídos fuimos a parar a Ashia Tapas y tras tomarnos nuestra cervecita y tapa, acabamos hablando con Hugo, el dueño y natural de Ciudad Real, su mujer Melanie de Francia, Angel y Camila, los que iban a ser los nuevos gerentes.
Los dos días para los que íbamos se convirtieron en diez maravillosos días. Cada día, los chicos de Ashia Tapas nos daban «tips» sobre los rincones que teníamos que visitar, donde debíamos comer y de donde debíamos «tomar prestado» wifi… jajaja. Aquí dejamos una foto del grupo, aunque nos salió un poco borrosa.
En esos dias se forjó una pequeña amistad que esperamos que dure en el tiempo, e incluso dejamos nuestra huella en su original hostal… ¿adivinais el que?, aquí va una pista…
Hasta hace unos años, la isla carecía de una infraestructura hotelera, luz o agua corriente. En a penas cinco años, la isla ha experimentado una evolución bastante importante. Ya hay agua corriente, luz, algo de conexión wifi, se están construyendo carreteras, hoteles de lujo y se esta destruyendo parte de la isla para construir un campo de golf y un aeropuerto.
A priori, esto puede sonar bien para fomentar la economía, pero nosotros hemos estado allí y el aumento de la basura, destrucción de parajes naturales o desagües desembocando directamente en el mar, son pruebas que certifican que el ser humano caerá una y mil veces en los mismos errores. ¡Debemos hacer las cosas de otra manera!
A parte de estas cosillas, se puede disfrutar de sus kilométricas playas donde por las noches en algunos puntos se puede hacer algo de buceo para ser participe de una maravilla natural, el plancton luminiscente. No hace falta pagar a los locales para que te lleven a verlo en sus botes, se puede ver en la misma playa principal.
Las rutas de senderismo por el bosque atravesando riachuelos y siguiendo las pistas que no son mas que viejas chanclas clavadas en los árboles, son muy recomendables. Recordad llevar calzado cerrado porque hay serpientes y/o arañas que pueden hacer la estancia muy amarga… y en Koh Rong no hay asistencia médica. Una muy recomendable es la que lleva a Long Beach. ¡Muy importante!, id siempre acompañado…
La fiesta nunca decae en esta pequeña isla. Suele haber fiestas que duran toda la noche en Police Beach o en esos party hostales, y otras noches sale a relucir el famoso Pub Crawl. Gente bebiendo de bares en bares, previo pago, y con un fin algo «solidario» para la asociación Friends of Koh Rong, que trata de mantener limpia la isla y educar a los locales en cuanto a higiene, limpieza, idiomas, etc.
Una de las cosas que nos enamoró de la isla fueron sus amaneceres.
Amanece muy temprano sí, pero merece la pena levantarse y meterse en el agua mientras el sol despierta, ¡simplemente increíble!
Si alguna vez tenéis la oportunidad de ir, no os olvides de jugar con los niños de la isla. Son geniales, simpáticos, abiertos y cariñosos. Durante nuestro trayecto por el país, descubriríamos que esto es el pan de cada día, Camboya es el pais de los niños y las sonrisas.
KOH RONG SALOEM
Tras esos 10 maravillosos días decidimos irnos una noche a Koh Rong Saloem, la isla hermana y que es mucho mas natural y tranquila que Koh Rong.
En esta isla solo unos pocos lugares cuentan durante algunas horas al día con luz corriente. No hay wifi y la fiesta y la suciedad brillan por su ausencia. Se respira paz por cualquier rincón de la misma.
Nos alojamos en los Bungalow Leng Meng por 20 Usd la noche. Al salir del bungalow pisábamos playa y caminando escasos metros ya estábamos en el agua, era como estar en el paraíso.
Solo estuvimos un día porque la economía apretaba en la recta final de nuestro viaje y por ello no nos podíamos permitir quedarnos mas tiempo en esta isla, pero sin duda volveríamos con los ojos cerrados a disfrutar de la tranquilidad y la paz que nos dio…